5.4.04

El Oráculo

En la antigüedad los griegos tenían oportunidad de ir consultar sus inquietudes al Oráculo de Delfos. Éste se localizaba detrás de un templo, el templo de Apolo. Allí atendían dos sacerdotes (imaginarlos gordos y con cara de sabios). Ellos luego le consultaban a la Pitonisa (esta ya no se me ocurre cómo imaginarla). Sólo contestaban "sí", "no" o respuestas ambiguas; con difícil interpretación. La paradoja era que, si ellos te decían "si", en un papelito escribían "no" y viceversa, cosa de que si vos volvías a quejarte porque la predicción había sido errónea, ellos mostraban el papel y decían "Sory, boló, acá lo dice muy claro, has entendido mal la respuesta".

En definitiva, el Oráculo era, en ese entonces, la sabiduría innata, infalible, trascendental.

Me pasa que, naturalmente sin creer en el veredicto de un posible oráculo, es curiosidad saber determinados ítems del destino. Hoy quisiera preguntarle:

- ¿la idea tendrá su lugar en la tierra?
- ¿cuándo dejará de tener sentido la profecía de Alicia Keys?
- ¿voy a aprobar algo II?
- ¿cuál va a ser el próximo casamiento pibótico?
- ¿qué querrá que coma mañana mi abuela.. lácteos, hierro o frutas?

¿Y tú? ¿Qué le preguntarías a tu oráculo, lector griego?

No hay comentarios.: